sábado, 21 de marzo de 2009

Frase del día: de poesía y filosofía

Los grandes poetas son metafísicos fracasados.
Los grandes filósofos son poetas que creen en la realidad de sus poemas.

Antonio Machado

martes, 17 de marzo de 2009

El cumpleaños...

Era aquel día el cumpleaños de la infanta. Cumplía los doce años, y el sol brillaba con esplendor en los jardines del palacio.
Aunque realmente era princesa y era la infanta de España, sólo tenía un cumpleaños cada año, exactamente como los hijos de la gente muy pobre; así, era cosa de grande importancia para todo el país que la infanta tuviera un gran día en tales ocasiones. Y aquel día era magnífico en verdad. Los altos y rayados tulipanes se erguían sobre los tallos, como en largo desfile militar, y miraban, retadores, a las rosas, diciéndoles: «Somos tan espléndidos como vosotras.» Las mariposas purpúreas revoloteaban, llenas de polvo de oro las alas, visitando a las flores una por una; los lagartos salían de entre las grietas del muro y se calentaban al sol; las granadas se cuarteaban y entreabrían con el calor, y se veía sangrante su corazón rojo. Hasta los pálidos lines amarillos, que colgaban en profusión de las carcomidas espalderas, y a lo largo de las arcadas oscuras, parecían haber robado mayor viveza de color a la maravillosa luz solar, y las magnolias abrían sus grandes flores, semejantes a globos de marfil, y llenaban el aire de dulce aroma enervante.

El cumpleaños de la infanta
Oscar Wilde

sábado, 14 de marzo de 2009

Libros que marcan una vida

Todos tenemos nuestras manías, y una de las mías ha sido anotar, desde 1.991, los libros que leía. Como en casi todo, no he sido muy estricto, y echo alguno de menos, pero es suficientemente representativa para la intención de esta entrada, que es reflexionar sobre las siguientes preguntas: ¿pueden las lecturas recrear el sendero seguido en la vida? Y si es así ¿qué fue primero, los cambios producidos en la persona le llevaron a esos libros o al revés, las lecturas nos van haciendo cambiar? Muy a gusto de Joan, no pienso dar respuestas. Sólo reflexionar a partir de mi lista.
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Ésta empieza, durante mis años de bachillerato, con dos protagonistas: J.R.R. Tolkien y H.P. Lovecraft. Al primero me llevó el rol, ocupación principal en aquella época, y al segundo... también el rol. A veces uno se torna lector por las causas más insospechadas, y es que yo, hasta entonces, sólo leía lo obligatorio en clase (Zalacaín, el Lazarillo, las Leyendas de Bécquer...) y de mala gana (bueno, exceptuando los comics, que han sido nuestra verdadera lanzadera, según Joan). Total, que en mi época pre-universitaria los elfos, enanos y todo el círculo Cthulhiano coparon mis lecturas.
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Empezar la universidad y leer de nuevo muy poco fue todo uno, y es que el tiempo disponible... ya se sabe. Me rescataron dos autores: Edgar Allan Poe y, sobre todo, Stendhal. Fue Joan, a través de Rubén para ser justos, el que me habló del narrador ante el Altísimo. Leí La cartuja de Parma y descubrí que la literatura era más que distracción, que era una aproximación diferente a la experiencia vital, por ponernos un poco místicos. A partir de ahí, los libros han formado realmente parte de mi vida, y tengo muchos recuerdos ligados a alguno en concreto. Recuerdo noches de verano leyendo a Rimbaud bajo el cielo en Can Xinxa, descubriendo que no era el primer rebelde al leer el Retrato del artista adolescente de Joyce, descubrir con Shakespeare lo que era el teatro, la poesía y la verdad en uno, que la amargura es infinita con Céline, que las pasiones también lo son con Nabokov y su Ada o el ardor... así hasta llegar a Proust.
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Marcel Proust merece un punto y aparte en esta bibliobiografía. Superfucker comentaba en una entrada hace tiempo que siempre nombraba a Proust entre los Grandes, que debía ser bueno, que nunca transcribía nada suyo a esta Pedantoteca. Es difícil explicar porqué te gusta Proust, y más difícil elegir algún fragmento de su monumental En busca del tiempo perdido, 4.000 páginas en mi edición que devoré en año y medio. Uno tiene que empezar Proust sin pretensiones, y él le llevará de la mano hasta el final o le abandonará en pocas páginas. No hay posiciones intermedias.

Desde entonces, aún ha habido más descubrimientos intensos, algunos ligados a momentos únicos: Thomas Mann en la soledad, Hesse cruzando el Atlántico, Stefan Zweig, García Márquez, Baudelaire, Kavafis, Holderlin siempre guiando, Un marido ideal el día de mi boda (seguro que Wilde se sonrío desde algún sitio)... hasta que un día me pregunté ¿y de dónde viene todo esto? ... y aparecieron los Antiguos: Homero, las tragedias, Dante, Petrarca en poesía, la filosofía encabezada por Platón (el único que, como literatura, disfruto realmente). Todo liga ( o casi) con ensayos como Mimesis, o con la Historia de Riquer y Valverde.

Volvamos a las preguntas iniciales: se puede recrear la vida a partir de esta lista, aunque sólo uno mismo pueda hacerlo. Ésa es la verdad. Para los que leáis esto, no debe tener mucho sentido, es imposible recrear nada desde aquí. Para la segunda pregunta no tengo ninguna respuesta: ¿cómo saber si he llegado a estos libros o ellos me han elegido? En cualquier caso, bienvenido sean éstos y los que les sigan.

domingo, 1 de marzo de 2009

Fragmento de "Todo fluye", de Vasili Grossman

Y ahí estoy, acostado en la litera, medio muerto, y siento que en mí sólo queda viva mi fe: la historia de los hombres es la historia de la libertad, de la más pequeña a la más grande; la historia de toda la vida, desde la ameba hasta el género humano, es la historia de la libertad, es el paso de una libertad menor a otra libertad mayor; que la vida en sí misma es libertad. Esa fe me da fuerzas, palpo la preciosa, espléndida, luminosa idea escondida en mis andrajos carcelarios: "Todo lo que es inhumano es absurdo e inútil".
Y Alekséi Samóilovich me escucha a mí, medio muerto, y me dice:
-La tuya es una mentira confortante; la historia de la vida no es más que una historia de invencible violencia, eterna e indestructible, que se transforma pero no desaparece ni disminuye. La palabra "historia" es una invención de los hombres: la historia no existe, la historia es como moler agua en un mortero, el hombre no evoluciona de lo ínfimo a lo supremo, el hombre está inmóvil como un bloque de granito; su bondad, su inteligencia, su libertad son inamovibles; lo humano no crece en el hombre. ¿Qué clase de historia es la del hombre si su bondad no puede crecer?