sábado, 25 de abril de 2009

Semper eadem, de Charles Baudelaire

Decís: "¿De dónde os viene esa tristeza extraña
que asciende como el mar sobre la negra roca?"
Después que vendimió el corazón
un horror es la vida. Es un secreto a voces,
-
es una pena simple que no encierra misterio
y, como vuestra dicha, visible para todos.
Cesad, pues, de buscar, ¡oh mi bella curiosa!
Es dulce vuestra voz, mas, por favor, ¡callaos!
-
¡Callaos, ignorante! Alma siempre incendiada,
boca de infantil risa. Más aún que la Vida,
nos enlaza la Muerte con sus hilos sutiles.
-
Dejad que mi alma entera de mentira se embriague,
que se hunda en vuestros ojos como en un bello sueño,
y de vuestras pestañas que dormite a la sombra.

miércoles, 15 de abril de 2009

Leer y no sólo pasar páginas

Siempre me ha causado admiración la capacidad de sacar de los textos o autores, en ocasiones de algunos muy revisados, nuevas lecturas, enfoques diferentes a los que la mayoría, pobres pasapáginas, llegamos a vislumbrar. Disfruté de un ejemplo aplastante ayer mismo, leyendo el magnífico ensayo de Erich Auerbach sobre Dante que publicó hace poco Acantilado. Dice el profesor:
"(...) la dialéctica del sentimiento en Dante muestra (...) el regreso a las verdaderas fuentes de la retórica antigua y, por consiguiente, la vuelta a la cultura helénica. Pues aunque Dante no sabía griego y tenía una idea muy vaga de Homero y absolutamente ninguna de los trágicos, (...) no obstante él es el verdadero heredero de la cultura helénica más noble, (...) sus frases son las primeras que contienen un mundo y son sencillas como salidas de una cartilla escolar, que expresan un sentimiento muy profundo y son claras como un pensamiento, que amenazan con hacer estallar el corazón y se mueven con rigurosa calma; pero, por encima de todo, son las primeras en las que la retórica no ahoga lo real sino que le da forma y lo fija."
De acuerdo, de un erudito como Auerbach, que ha dedicado su vida a esto, se puede esperar que llegue a este tipo de reflexiones. Otros casos no son tan previsibles, como el de Nietzsche tras leer el sagrado (sobre todo para los alemanes) Fausto de Goethe. El filósofo afirmó a un amigo no entender el libro (desde un punto de vista puramente literario, añadiría), y es que Fausto, a pesar de poseer todo el conocimiento, etc. se había comportado "como cualquiera, enamorándose de una hilandera". No todos hemos caído en eso...
Otro ejemplo, del que desconozco el autor, es la reflexión que una vez me llegó sobre Las amistades peligrosas, de Choderlos de Laclos. Afirmaba que el único personaje del libro que había sido realmente feliz era la Presidenta Tourvel (Michelle Pfeiffer en la adaptación de Frears), a pesar de toda su desgracia, pues era la única que realmente había amado sin trampa. La moral del libro hace que todo seductor acabe castigado, pero de ahí a pensar en que ella ha sido la única que ha disfrutado del amor, hay mucho.
No quiero entrar en aspectos más técnicos (la estructura "arácnida" de la Cartuja, Cien años de soledad como espiral, etc.), que dan para libros enteros. Sólo querría invitaros a pensar en aquéllos que cualquiera, a priori, puede descubrir con una lectura atenta. Y es que leer es mucho más que pasar páginas...

domingo, 5 de abril de 2009

Frase del día: Céline

Os lo digo, infelices, jodidos de la vida, vencidos, desollados, siempre empapados de sudor; os lo advierto: cuando los grandes de este mundo empiezan a amaros es porque van a convertiros en carne de cañón.

Viaje al fin de la noche, Louis-Ferdinand Céline