martes, 25 de marzo de 2008

La crisis de las ciencias europeas y la fenomenología trascendental

Tomemos nuestro punto de partida en un cambio de valoración general con respecto a las ciencias, ocurrido a finales del siglo XIX. Este cambio no e refiere a su carácter científico, sino a lo que ellas, a lo que la ciencia en general ha significado y puede significar para la existencia humana. La exclusividad con la que, en la segunda mitad del siglo XIX, toda la comsovisión del hombre moderno se dejó determinar por las ciencias positivas, y se dejó deslumbrar por la "prosperity" debida a ellas, significó un alejamiento indiferente de los problemas que son decisivos para un auténtico humanismo. Meras ciencias de hechos hacen meros hombres de hechos. El cambio de la apreciación pública fue inevitable sobre todo después de la primera guerra mundial, y en la joven generación se transformó poco a poco, como sabemos, en un sentimiento hostil. En el desamparo de nuestra vida (así oimos decir) esta ciencia no tiene nada que decirnos. Justamente las cuestiones que excluye por principio son los problemas más importantes para los hombres entregados a conmociones que ponen en juego su destino en nuestros tiempos infortunados: las cuestiones acerca del sentido o el sinsentido de toda la existencia humana. ¿No requieren también éstos, en su generalidad y necesidad para todos los hombres, reflexiones generales y respuestas basadas en una perspectiva racional?. Estos problemas conciernen finalmente al hombre en cuanto se decide libremente en su conducta hacia el mundo circundante humano ... ¿Qué tiene esta ciencia que decirnos sobre la razón y la sinrazón, sobre los hombres nosotros en tanto que sujetos de esta libertad?. La mera ciencia de los cuerpos evidentemente no tiene nada que decirnos, puesto que ha hecho abstracción de todo lo subjetivo. Por otra parte, en lo nque concierne a las ciencias del espíritu, en todas sus disciplinas especiales y generales, consideran al hombre en su existencia espiritual, y por consiguiente en el horizonte de su historicidad. Pero se dice que su estricta cientificidad exige que el investigador exluya cuidadosamente toda toma de posición valorativa, todo preguntar por la razón y la sinrazón de la humanidad, y de sus formaciones culturales, que es el tema de su estudio. La verdad científica y objetiva es exclusivamente comprobación de aquello que el mundo, tanto físico como espiritual, efectivamente es. Pero, ¿puede el mundo, y la existencia humana en él, tener en verdad un sentido, si las ciencias consideran como verdadero sólo lo verificable de este modo objetivo, si la historia sólo puede enseñarnos que todas las consideraciones del mundo espiritual, todas las reglas de la vida, los ideales, las normas, sostenidos en cada caso por los hombres, se forman y luego se deshacen como olas fugitivas, que así ha sido y será siempre, que siempre la razón debe transformarse en sinsentido, y el bienestar en calamidad?. ¿Podemos con esto tranquilizarnos, podemos vivir en este mundo cuyo acontecer histórico no es otra cosa que un incesante encadenamiento de impulsos ilusorios y amargos desengaños?.

15 comentarios:

Joan dijo...

Un auténtico clásico de la filosofía del siglo XX, que contiene de todo: una pequeña lección de historia del pensamiento en su relación con la historia (la generación desengañada con la ciencia después de la primera guerra mundial será la de Heidegger, los irracionalistas, etc), de teoría de la ciencia (la decimonónica división entre ciencias de la naturaleza -física, matemática, biología, etc- y del espíritu -historia, antropología, economía- y la crítica de la fenomenología a la constitución de una objetividad muerta en ambas, etc. Uno de los grandes textos del siglo XX, que, en algunos aspectos, conserva una frescura envidiable.

Joan dijo...

Por cierto, no lo he puesto en ningún lado, pero el texto es de Edmund Husserl

supermesata (en el exilio) dijo...

joan, te envío una petición...

dime que piensas de la separación de las ciencias entre exactas y humanas...

Joan dijo...

Pienso que como toda división del conocimiento, es una castración. Si las divisiones son para ordenar y para clasificar áreas de trabajo, no me parecen mal (y son necesarias), pero si se interpretan como basadas en alguna descripción de la realidad (en el lenguaje técnico de la filosofía, diríamos "ontologías regionales") no hacen más que diluir la incuestionable unidad del conocimiento. ¿Las ciencias exactas no son humanas?. ¿Son inhumanas?. ¿Son llevadas a cabo por gusanos?. Se dirá: su objeto de estudio no es el hombre, sino las idealidades puras. Pero quizás la compleja noción de "lo exacto" (las idealidades puras) sea lo más humano de todo lo que hay en la naturaleza, que es menos exacta de lo que parece. Y, como denuncia Husserl en este texto y otros, ¿cómo obviar que, en cierto sentido, las ciencias humanas son las más exactas, al incluir la subjetividad constituyente como objeto de estudio?. Es fácil ser exacto cuando trabajas con objetos "preparados", como triángulos o números, que son entes respecto a los cuales estamos lejos de saber qué son (como entes, no en su definición escolar). Si sacas tres cuartas partes de la realidad fuera de tu campo de investigación, y te quedas con un mundo espectral de objetividades, la tarea de la exactitud no es tan compleja como pueda parecer. Ahora bien, si metes todo dentro, si no dejas nada fuera, si no extraes la subjetividad "molesta", entonces, desde el punto de vista fenomenológico, estás siendo mucho más "exacto", en el sentido de fiel a lo que hay, a lo que vivimos realmente. De ahí el reto de la fenomenología: hacer ciencia sin dejar al hombre fuera. Probablemente imposible, pero qué bello es fracasar en el intento,,,

Lord Enzi dijo...

No hace falta decirlo, pero yo no lo hubiera podido explicar tan bien. Desde el lado de los científicos, hay dos planteamientos habituales:

1- que el conocimiento se ha especializado tanto que clasificar es ineludible. Y más visiblemente en "ciencias", por ser más aplicadas.

2- que los científicos nos encargamos de lo "real": la botánica, la medicina, el cálculo... todo racional y reproducible, mientras los de "letras" lo hacéis de lo "humano": las artes, la filosofía, igual o más racional pero más subjetivo (menos reproducible).

Y me permito una tercera observación: la "ciencia" ha doblado la esperanza de vida y ha explicado cómo y por qué se mueven los planetas. La "filosofía" no está más cerca hoy de explicar al hombre de lo que lo estaba Platón.

Venga, Joan, que te doy pie para mucho...

Joan dijo...

Primero: A lo mejor no todos queremos vivir tanto. Ké jodienda con la cantidad tenéis los científicos,,,
Segundo: Los que empiezan a tirar adelante eso de porqué se mueven los planetas, no hay ninguno de científico. Eran todos filósofos (véanse las leyes de Kepler, sin ir más lejos. A Kepler le hubiera jodido mucho que se le considerara un científico)
Tengo mil cosas más que responderte, pero ahora tengo prisa. mañana, más.

Joan dijo...

Por cierto, a estas alturas, hablar de "ciencias" y "letras",,, vaya jodienda,,, eso no llega ni a división del trabajo.

Superfucker dijo...

Eh Lord...¿La filosofía,igual de racional pero más subjetiva que la ciencia? ¿Eso cómo se come? Pero si la filosofia es la madre de todas las ciencias...

Anónimo dijo...

Joan, acabo de leer lo que escribiste, y vuelvo a darme cuenta de que eres el tío capaz de desarrollar más potencia por centímetro cuadrado que conozco, jeje...si tus palabras fueran hostias, tumbarías a Ivan Drago con tu solo meñique. A por ellos tigre...

Mira dijo...

Lord Enzi, vaya metedura de pata !!!

que los científicos nos encargamos de lo "real": la botánica, la medicina, el cálculo... todo racional y reproducible, mientras los de "letras" lo hacéis de lo "humano": las artes, la filosofía, igual o más racional pero más subjetivo (menos reproducible).

Dónde has metido en esa clasificación a las matemáticas ?? No acabo de ver que 'real' pueda ser un espacio de Hilbert, una botella de klein, un espacio Haussdorff... y un sinfín de cosillas que pululan por esos mundos...
Incluso en el cálculo que tu has dicho hay cosas que no se pueden ni medir ni calcular, con lo que de realidad poca...

Anónimo dijo...

Voy a contestar por partes, primero a Superfucker: no entiendo dónde radica el problema, racionalidad y objetividad son totalmente independientes, y no veo en qué se relaciona esta (supuesta) contradicción con que la filosofía sea la madre de todas las ciencias, cosa que no niego, yo hablo de especialización de una parte de aquélla.
La filosofía se basa en la racionalidad, igual que la ciencia, y cuando digo que es más subjetiva me refiero a que es menos reproducible, que n filósofos respondiendo una cuestión llegarán a n o casi n respuestas, mientras que en ciencia, eso pretende con una forma de trabajar muy cerrada, n investigadores deberían llegar a una única respuesta. Son las cuestiones más fascinantes las que nadan entre las dos aguas, del tipo origen del universo.

Esen dijo...

Lord Enzi dijo:
"la "ciencia" ha doblado la esperanza de vida y ha explicado cómo y por qué se mueven los planetas."

Eh... no es que quiera contradecirte, pero ¿cuántas veces han explicado (y de distintas formas) los científicos por qué se mueven los planetas? ¿3? ¿4? ¿10?

Que la humanidad elija confiar en la ciencia y darle sentido a su vida (a las pequeñas cosas de luz que ve en el cielo) no tiene que ver con que las ciencias estén en lo correcto, es más bien una necesidad del ser humano de buscar seguridad y la ciencia se ha portado muy bien durante años, y por eso le hacemos caso.

Pero ahora, con la física cuántica y todas estas cosas que yo ya no comprendo, la ciencia se ha convertido cada día más en una ciencia de la observación presente, en donde el sujeto observante toma partido en la ecuación y por lo tanto, la subjetividad del científico AFECTA los resultados... logrando así que hayan MUCHOS resultados para MUCHOS científicos.

Es muy interesante esto, y lo más interesante es que podemos tener aún esa capacidad que tanto admiran los filósofos y es la capacidad de admirarnos y sorprendernos por las cosas nuevas que descubrimos, aunque luego casi siempre descubrimos nuevas y nos damos cuenta de que las anteriores no eran suficientes.

La vida es así, un río sin fin de descubrimientos, la especie humana es así: no acumulamos verdades, creamos sentido y lo buscamos en todas partes.

Vamos no seamos tan duros con nosotros mismos, ¿cuánta verdad hay en nuestras verdades? háganse la pregunta a ustedes mismos y atrévanse.

Suerte.
Esen

Anónimo dijo...

Estamos ya en el 11/2012,ahora que dicen al respecto?
Siguen elogiando a la fenomenología? De que sirve ahora con lo líquido de todas las categorías del pensamiento?

Anónimo dijo...

¿Qué ha sucedido entre 2009 y 2012, en la historia de la filosofía, que nos debiera hacer modificar nuestra discusión? ¿Que a algunos best-sellers en sociología les haya dado por la metáfora de lo líquido? El pensamiento ni es líquido, ni sólido, ni gaseoso; el pensamiento es pensamiento. Y la fenomenología sigue en más buena forma que nunca; véase si no la cantidad de congresos internacionales y de publicaciones que no hacen otra cosa que crecer, sin escándalos y más allá de las modas. La metáfora de la liquidez es lo que es una moda, como antes lo fue el pensamiento débil.

Superfucker dijo...

Bien respondido...cuando oigo hablar del "pensamiento líquido", las "relaciones líquidas" y otras impostures parecidas del lenguaje tan de moda entre los "modelnos", me entra la diarrea