domingo, 31 de agosto de 2008

Sobre conocimiento antiguo y moderno, campos de conocimiento

Sería absurdo creer que los antiguos griegos y romanos sabían más medicina, física o ingeniería que nosotros: en esto cualquier estudiante de primer año de cada una de estas tres carreras podría anular a todos los sabios de la antigüedad. Lo difícil es escribir una tragedia como Antígona (...) o pronunciar un discurso tan perfecto como cualquiera de las Catilinarias.

Riquer y Valverde, Historia de la literatura universal, II, 142.

3 comentarios:

Lord Enzi dijo...

Se me ocurren muchos puntos sobre los que discutir tras esta entrada de los Profesores más asiduos de este blog. Algunos son:

- Si lo difícil es escribir como Sófocles, ¿cómo pudo hacerse hace 25 siglos y ha habido que esperar hasta hace poco para tener una medicina como la que conocemos?

- Un tema que ya hemos discutido: ¿se puede decir que "las ciencias" evolucionan pero "las humanidades" no lo hacen? Como le digo siempre a Joan, la filosofía está hoy tan cerca (o lejos) como lo estaba Platón de las respuestas a las preguntas Básicas (alma, sentido de la vida, ética, forma de gestionar la sociedad...)

- Era impensable para un griego escribir como Joyce. ¿Se puede hablar entonces de "evolución" literaria?

- ¿Se debe la diferencia a que medicina, física, etc. usan herramientas (disecciones, mates...) tangibles mientras que la literatura y otras sólo tienen herramientas "intangibles"?

No ha premio de millón de dólares para la respuesta a alguna de estas preguntas como esos que se ofrecen por ahí, pero quizá vale la pena darles un par de vueltas... ¿o lo importante eran las preguntas?

Joan dijo...

Creo que ya he respondido alguna vez a esta cuestión, que parece que tanto te interesa, sobre la relación entre la historia y las regiones del conocimiento. El problema está en la confusión entre diversos conceptos de "progreso" y "evolución". Hay un concepto de "progreso" y de "evolución" que se acostumbra a entender como la acumulatividad productiva a partir de unos principios más o menos aceptados o asentados. Estos principios más o menos aceptados o asentados suelen ser exteriores al conocimiento mismo que ellos fundan; son presupuestos cosmológicos, sociales, hermenéuticos determinados. Aceptado un paradigma determinado, puede hablarse ahí de evolución, a partir de ahí, de acumulación de conocimientos sobre otros conocimientos, etc. Otro modelo absolutamente diferente de éste es el del desarrollo de las concepciones del mundo, es decir, el desarrollo (aquí no tiene mucho sentido hablar de "evolución") de aquellos principios presupuestos que quedaban "más acá" del conocimiento científico o del área que corresponda. Ambas cosas no tienen nada que ver, y los científicos de la naturaleza, obnubilados por la acumulatividad de sus respectivas áreas, tienden a verlo todo bajo el prisma de su modelo de acumulatividad. Huelga decir que el desarrollo (mejor que "evolución") de esas áreas que, en palabra odiosa, llamas "humanidades", tiene que ver directamente con el segundo modelo (es decir, la literatura, el arte, etc, se desarrollan a medida que se desarrollan los principios fundamentales que tenemos de entender el mundo, de los cuales los principios científicos son solo uno más). Por eso no tiene sentido decir que Shakespeare (o Marlowe) escribe mejor que Sófocles; en ambos autores se manifiesta la esencia de una manera de ver el mundo. Nosotros, como receptores de ambas experiencias, se presupone que somos capaces de comprender "ambas" experiencias (algunos teóricos niegan esta posibilidad), por lo que en cierto sentido hay también cierta acumulatividad en el desarrollo de los principios: eso es la historia del pensamiento (también del pensamiento científico). Desde estas distinciones, es ambiguo decir hasta qué punto (y sorprende que Valverde caiga en esto) la física de Newton es más correcta que la de Aristóteles; lo que tiene pleno sentido es decir que la física de Newton es más correcta (o diríamos más completa, o más desarrollada) que la de Descartes, Galileo o Kepler, pues todos estos autores se mueven en el mismo paradigma de acumulatividad (aproximadamente). Respecto a la cuestión de la comparación de concepciones del mundo, la cuestión es mucho más ambigua, y al menos hay mucha tela que cortar antes de pronunciarse. Yo creo que existe la posibilidad de un discurso que se sitúa por encima de las concepciones del mundo, que es el discurso desde el cual esas concepciones del mundo se nos aparecen como comparables y estudiables "per se" como objetos de investigación. Ese discurso es la filosofía trascendental (esto ya es todo mi manera de ver el problema). Lo que está claro es que ese discurso ha de ser filosófico, pues ese es el discurso que cuestiona las cuestiones de principio de la comprensión del mundo, y nunca puede ser el científico, que ya está siempre dentro de una de esas comprensiones.

Lord Enzi dijo...

Vale, ya sé que el tema es recurrente por aquí... es sólo que se me apareció este fragmento leyendo la Historia el otro día y no pude contenerme.
¡Gracias por las aclaraciones adicionales!