miércoles, 29 de octubre de 2008

Stendhal y el escritor novel

Los escritores, como personas engreídas que son, se han preocupado de pasar a la posteridad como brillantes ejecutores de réplicas. Aquí, Wilde es el amo, aunque no hay que olvidar a Nabokov, Twain o Quevedo. Stendhal también era un brillante conversador, y toda su vida procuró que las futuras generaciones no lo olvidaran. Al quererse mucho, sólo hay que leer Vida de Henry Brulard, quería también ser amado, esto es, recordado.
La historia que nos ocupa es de aquellas imposibles de situar temporal o geográficamente, pero eso es lo de menos. El caso es que al gran escritor, ya consagrado (bueno, en realidad no fue ampliamente conocido en vida) se le acercó un joven que insistentemente le pedía un tema para escribir su primera novela. Stendhal le evitó educadamente, pero el joven insistió, hasta que recibió su respuesta: "Un hombre y una mujer se enamoran. Ahí tiene usted su novela."
Y cuánta razón tenía. Simplificando, la novela del XIX se explica con escenarios realistas a ese tema universal. Pensad en Bovary, las propias de Stendhal, Karenina... Y es que Stendhal, voluntariamente o no, siempre ha sido un maestro.

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