domingo, 10 de febrero de 2008

Elogio de la estulticia, Erasmo de Rotterdam

Os pregunto: ¿puede amar a alguien el que a sí mismo se odia? ¿Puede estar de acuerdo con una persona el que no está de acuerdo consigo mismo? ¿Qué alegría puede proporcionar a otro quien se siente pesado y molesto? Creo que nadie respondería afirmativamente, de no ser más necio que la necedad misma.
Pero, ¿qué pasaría si quisierais prescindir de mí? Que nadie podría soportar a otro. Y, además, cada uno tendría tal asco de sí mismo, que sus cosas le parecerían viles y resultaría intolerable a sí mismo. Fijaos en la naturaleza, en muchos aspectos más madrastra que nadie, y veréis cómo ha sembrado en el talante de los hombres, sobretodo el de los más alocados, el vicio de afligirse de lo suyo y admirar lo ajeno. Ello hace que todas las cualidades, todo el encanto y belleza de la vida se vicie y desaparezca. ¿De qué sirve tener buen tipo, principal don de los dioses inmortales, si está podrido por la envidia? ¿Para qué vale una juventud corroída por el morbo senil de la tristeza? Si no existiera esta Filautía o amor propio, a quien reconozco como mi hermana legítima - y que en todas partes encuentro -, ¿qué de noble podrías realizar en tu vida y en la de los demás? Pues es propio no sólo del arte, si no de toda acción, obrar con decoro - ¿puede haber algo tan necio como gustarse y sentir admiración por uno mismo?
¿Piensas, por el contrario, que se puede hacer algo bello, con gracia y sal si te desprecias a tí mismo? Quita esa salsa de la vida y al instante la palabra del orador será fría, el músico dejará con sus notas insensible al público, se silbará la gesticulación del cómico, se mandará al carajo al poeta con sus Musas, la rechifla hará ensordecer al pintor con su arte y y el médico se morirá de hambre con sus potingues. En fin, aparecerás feo como Tersites y viejo como Néstor en vez del elegante Nireo y del joven Faón ; un cerdo en vez de Minerva, un mudo y un rústico en vez de un hombre elocuente y ciudadano : lo que demuestra la ne cesidad que cada uno tiene de una buena opinión propia, amén de procurarse una pequeña estima antes de que pueda ganarse la de los demás.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La estupidez es algo muy misterioso : Todos reconocemos que a todas horas y en todas partes nos rodea, todos nos creemos capaz de identificarla allá donde se presenta, pero al mismo tiempo nadie se la reconoce en sí mismo ; hay algo que no cuadra,en buena lógica...

Anónimo dijo...

Conócete a ti mismo...