martes, 18 de marzo de 2008

El silencio de Jacob de Falç, capítulo FINAL

¡Pero no me dejaría atrapar tan fácilmente! Mi cabeza, como un GPS, ya estaba trazando una ruta de huída, que pasaba por un restaurante chino y un puesto de melones que debía derribar con el coche. En aquel instante, todos empezamos a distinguir un zumbido. Al principio, parecía la sibilancia de un asmático en plena crisis, pero en seguida quedó claro lo que era: una Peasopinha, la bomba atómica portuguesa ¡estas potencias nucleares descontroladas! Tenía que pasar, antes o después... Así, nos quedaban segundos de vida... Los malos empezaron a saldar cuentas entre ellos explorándole el esófago con la lengua al compinche más cercano, el calvo de segunda fija miró al ojo como nunca lo había hecho antes: conoció el amor antes de morir. Algunos empezaron a rezar apresuradamente, por lo que fueron reprendidos a collejas por los de su alrededor. Una señora pidió donuts a gritos hasta el último instante, en lo que fue el epílogo dantesco de una vida de dieta y resignación. Muchos intentaban llamar por el móvil, pero el servicio estaba colapsado y lo último que oyeron fue "pulse dos", el nivel de onanismo se disparó como no sucedía desde que Terelu Campos dejó la tele... un digno final de la humanidad, en resumen.

¿Y yo? os preguntaréis. Yo fui un romántico hasta el fin. Tragando saliva, me decidí a devolver a la vida a mi Peggy mediante la Palabra. Empezando el discurso de mi vida (que guardaba para una boda) dije: "Mi Peg..." BRAAAAAAAAAAAAAAAMMMM BOOOUUUUUUUUUUMMM CRAAAAAAAAAAAAAASSH (etc)

Y nadie recuerda nada más.

Por cierto, el dilema ontológico quedó resuelto por la sexta gran extinción. Un problema menos.

3 comentarios:

Lord Enzi dijo...

Siempre que pienso en pelis tipo "tienes un e-mail" imagino un final así. Pero no hay productora con lo que hay que tener para rodarlo. ¿Os lo imagináis en el momento feliz en que la pareja prota va, por fin, a besarse? Sería impagable...

supermesata (en el exilio) dijo...

lord enzi, lo de la "Peasopinha, la bomba atómica portuguesa" no tiene precio ...

felicidades

Superfucker dijo...

Una peasopinha, jajaja...el sueño dorado de cualquier misántropo que se precie...nos la hemos ganado a pulso.