"No deseo que se lleven a cabo incesantes esfuerzos por salvarme si ignoro totalmente que estoy en peligro.
Hay demasiadas personas que creen haber hallado el sentido de su vida salvando a los demás como para desistir ante la idea de hacerles creer que están perdidos.
Los veo así, en las calles y sobre la pantalla, en los periódicos y libros, en las cátedras y los púlpitos (utilizando inmediatamente todo medio de comunicación nuevo con preferencia sobre los demás), dispuestos a trabajar por mi salvación y ya casi en acción. En modo alguno veo que se preocupen acerca de mi necesidad de ser salvado.
Esto es una novedad en la historia: nunca se ha visto tanta gente dispuesta a pasar a la acción por los demás sin que éstos se lo hayan encargado".
Hans Blumenberg, "La inquietud que atraviesa el río"
sábado, 23 de febrero de 2008
Salvaciones sin naufragio
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5 comentarios:
¿No podrían los filósofos entrar en el saco de todos cuantos intentan salvar a los demás de la ignorancia de su necesidad de ser salvados? Aunque vuestra promesa de salvación a través del conocimiento sea más bien desinteresada, puesto que no salís en la tele y nadie os hace caso, jejeje....
Un filósofo, si se llama tal, no promete nada. NADA!. Esto lo sabrá quien haya sabido leer a cualquier filósofo competente. Como mucho, lo que promete es sufrimiento y esfuerzo para (y esto nunca es seguro) un poquito de comprensión. Otra cosa son las religiones, cargadas de promesas,,, La promesa de salvación sí es un elemento consustancial a las religiones, al menos a muchas de ellas.
¿Y no se esconde ninguna promesa tras la comprensión posterior al sufrimiento y el esfuerzo? Buscar la sabiduría...¿No promete ninguna recompensa, si es que ésta es alcanzada? ¿O es que,tal vez, la promesa que el conocimiento esconde es más desoladora que reconfortante?
No promete nada. Sólo te dice: "Si tiras por ahí, puede que haya algo,,, o puede que no". Evidentemente, para los que seguimos en ello, y si seguimos en ello, es porque hemos encontrado algo. Pero a nadie se nos ha vendido ningún resultado "a priori"; el camino es de cada uno, y no tiene ninguna garantía
Insuperable el ejemplo de Fausto, ¿no?. Para mí, la recompensa es el conocimiento en sí, y es que aprender sin necesidad, sin una razón mayor como la supervivencia, es lo que nos dintingue de los demás animales, lo que hace nuestro "ser" único, empleando la jerga del filósofo de la casa...
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