jueves, 8 de julio de 2010

Sobre Epicuro

Aprovecho que estoy leyendo el "Epicuro" de mi admirado García Gual para recoger algunas reflexiones sobre este filósofo, que como saben los fieles a este blog, es uno de mis favoritos. Ya Superfucker (en otro tiempo tan activo...) le dedicó una entrada (ver aquí) en el lejano febrero de 2.008... esto de la Pedantoteca empieza a tener su antigüedad. Dicha entrada provocó comentarios sobre cuán débiles resuenan hoy las palabras de Epicuro, como del resto de Griegos, me temo. Pero mejor leed la discusión original...
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Centrándonos en Epicuro, es una lástima que se haya salvado tan poco de su obra, apenas tres bien conocidas cartas y cuarenta Máximas capitales de sus 300 manuscritos. Aun así, suficiente para entender su pensamiento, y más teniendo en cuenta que, más adelante, sus teorías se detallan en una obra tan importante como el De rerum Natura de Lucrecio. No voy a entrar, como tengo por costumbre, a exponer su obra: para eso están los libros de filosofía o la inevitable Wikipedia. Como indico arriba, sólo capturo para tod@s algunas frases del libro indicado anteriormente:
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- "La rutina es más perniciosa que la hostilidad, porque perdura más gracias a la comodidad y economía que supone repetir los tópicos." (en referencia al tratamiento que los manuales académicos dan a Epicuro).
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- "Filosofar es, no un lujo, sino una urgencia vital en un mundo caótico y alienante." Amén. García Gual me gusta porque transmite ese amor por lo que trata, que me recuerda a Carl Sagan o, a otro nivel, a Zweig cuando habla de personajes históricos. Si todo el que habla -de lo que sea- lo hiciera con esa mezcla mágica de pasión y conocimiento el mundo sería maravilloso; y la mayoría estaríamos callados...
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- "Jamás pretendí agradar a la muchedumbre. Porque lo que ella le complace, yo lo desconozco, y lo que yo sé, está bien lejos de su entendimiento." Ésta es directamente de Epicuro. La mayoría, especialmente de artistas, se quedarían en la primera frase, lo que marca la diferencia entre esteta y pensador.
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- "Epicuro no creyó en el mito del salvaje feliz ni en la mayor felicidad de los tiempos pasados. Intentó, sí, liberar al individuo de cargas sociales y de la sumisión a unos valores que estimaba como falsos. La sociedad era para él una fábrica de vanas opiniones, que amenazaban la dicha personal al someterla a la conquista del honor y las riquezas, al esclavizar la conducta humana en aras de unos ideales competitivos que no traían consigo ni el placer del cuerpo ni la serenidad del ánimo. La liberación de esas imposiciones sociales para el disfrute continuo de un hedonismo prudente es lo que quiere Epicuro. Por eso denuncia como falsos los valores retóricos de un mundo en crisis, pero no niega, en absoluto, la contribución de la vida civilizada en orden a una mayor felicidad". Poco que añadir. O cómo explicar Epicuro en pocas líneas. Me ha llamado la atención que hable de la conquista de honor y riquezas: hoy diríamos fama y riquezas, que desde luego no es lo mismo.
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En fin, que os animo a leer este ensayo de Alianza y, claro, a Epicuro, cuya voz suena tan débil como firme y sensata a nuestros sordos oídos.

2 comentarios:

Joan dijo...

Lo que la falta a Epicuro es una filosofía política. Es una filosofía individual: una filosofía de cómo no volverse loco en un mundo loco. Pero no hay ninguna indicación de cómo deshacer la locura del mundo; indicación que requiere de la vertiente colectiva. Son paños calientes en paquetes individuales después de los grandes relatos de Platón y Aristóteles. Por eso es tan "vendible" hoy en día, a pesar de dejar las cosas exactamente tal y como estaban.

Lord Enzi dijo...

¡Das en el clavo! Precisamente por eso Epicuro me gusta tanto: en vez de "arreglar el mundo" (deshacer su locura) como tu querido Platón en La república (y tantos otros), nos invita a aportar nuestro grano de arena, individualmente, lo cual es más cercano y más realista (más aplicable a la escala que se propone). Un proverbio ruso dice "qué limpia estaría la ciudad si cada uno barriera delante de su casa". En vez de eso, siempre esperamos que alguien se encargue de que todo esté limpio. El resultado, salta a la vista, es que la mugre se nos come...