sábado, 18 de julio de 2009

Cortázar: fantasía y realidad

"(...) Después tuve que ir a Rosario por un congreso de abogados donde no se hizo otra cosa que aplaudirse unos a otros y beber como locos (...)"
Este fragmento de un cuento del Bestiario de Cortázar es un ejemplo perfecto de cómo, un maestro de lo fantástico como él, atinaba a incluir algún mordisco de realidad realmente certero. Todo el que haya estado en algún congreso profesional sabe de qué habla.
Cortázar es realmente recomendable para todos los que aún tengan la imaginación viva y no se conformen con lecturas mentalmente trituradas para fácil digestión. Uno lee sus cuentos y entiende que en castellano sólo haya una traducción ("la" traducción) de los relatos de Poe. Aunque son autores diferentes, claro; como es habitual, el más moderno ha bebido del otro, en este caso para hacerse más refinado. Si Poe provoca un terror más primigenio (en la línea que seguirá Lovecraft, que además añadirá todo un zoo de los horrores), Cortázar parece hablarnos desde el piso de al lado, con situaciones más cotidianas, aparentemente, en las que lo fantástico irrumpe como tranquilamente. Como recoge la contraportada de mi ejemplar, "Sus relatos nos desazonan porque (...) se nos quedan mirando, como si esperaran algo de nosotros."

1 comentario:

Anónimo dijo...

pura magia.
para regalar a princesas.