martes, 1 de abril de 2008

Spleen, de Charles Baudelaire

Cuando el cielo bajo y grávido pesa como una losa
Sobre el gimiente espíritu presa de largos tedios,
Y el horizonte abarcando todo el círculo
Nos depara un día negro más triste que las noches;

Cuando la tierra se ha convertido en un húmedo calabozo,
Donde la Esperanza, como un murciélago,
Se va dando golpes contra las paredes con sus tímidas alas
Y chocando la cabeza con los techos podridos;

Cuando la lluvia esparciendo sus inmensos regueros
Imita los barrotes de una vasta prisión
Y un pueblo mudo de infames arañas
Viene a tender sus trampas en el fondo de nuestros cerebros,

Unas campanas empiezan de pronto a tocar furiosamente
Y lanzan al cielo un aullido espantoso,
Como los espíritus errantes y sin patria
Que se ponen a gemir con porfía.

2 comentarios:

Lord Enzi dijo...

Baudelaire no sólo es uno de los más grandes poetas de los que podemos disfrutar, sino que además descubrió a Edgar Allan Poe, al que consideraba un alma gemela, siendo su primer traductor y biógrafo en Europa.

Viene a cuento hablar de Baudelaire, además, porque acaban de publicar dos nuevas ediciones de las "Flores del mal", que pondré en breve como recomendaciones.

Joan dijo...

La nueva traducción de Jordi Llovet he oído que es magnífica